Electrodomésticos, dispositivos tecnológicos, pilas, bombillas, cargadores, baterías, tóneres de tinta, llantas, entre muchos otros elementos que se van archivando en las casas cuando se vencen o dejan de funcionar hacen parte de un grupo especial de residuos sólidos denominado “posconsumo”, es decir, objetos que luego de su periodo de utilización se convierten en un desecho que muchas veces va a parar a la caneca de la basura, sin advertir los graves daños que causan a los ecosistemas.
Para Oscar Suárez, investigador y gestor ambiental de la Universidad Nacional de la sede Bogotá, hay tres claves para aprender a reconocer en las casas y oficinas este tipo de residuos que a veces se puede confundir con los ordinarios, como el papel, el cartón o el vidrio.
1.Son productos de consumo masivo como los electrodomésticos, las bombillas o las pilas.
2.Tienen un final heterogéneo, es decir, que su composición tiene elementos de vidrio, de plástico o de metales que no se pueden separar entre sí. Un ejemplo son los computadores que tienen variedad de elementos en su fabricación.
3.Aunque no todos son peligrosos, la mayoría de residuos son peligrosos para el medio ambiente y el hombre, por ejemplo las pilas que en su funcionamiento no implican contaminación, pero que cuando ya no sirven más pueden ser peligrosas, porque contienen zinc y manganeso, químicos que podrían contaminar en los rellenos sanitariosde este grupo como las luminarias que contienen metales pesados y los medicamentos con sus componentes químicos.
Otro de las particularidades de este grupo, es que aunque el usuario del objeto es quien lo utiliza, la responsabilidad de su adecuada disposición recae, según la legislación colombiana, en los fabricantes o importadores que los hicieron o trajeron.
El ejemplo más claro, es que por el viejo computador de cualquier casa, (que se mantiene en una esquina empolvado y sin usar) fabricado hace un par de décadas por IBM o Intel, estas compañías pagaron para implementar rutas de disposición.
Sin embargo, son las personas quienes se encargan de llevar los objetos hasta los puntos ecológicos donde las autoridades encargadas los reciben.
La ingeniera industrial Magda Sánchez, experta en residuos posconsumo, asegura que es clave que en las casas se organice un punto de separación de estos desechos para que allí reunidos se lleven a los almacenes de grandes superficies, farmacias o empresas privadas que cuenten con los receptáculos adecuados para su entrega.
¿A dónde llevar los residuos?
En el país, especialmente la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), lleva a cabo el programa de Ecopuntos, lugares donde se pueden dejar los residuos de posconsumo.
Actualmente, en el ejecutan las líneas de:
-Pilas con el ambiente, donde se pueden depositar pilas AA, AAA, C, D y de seis voltios que no sean de tecnología obsoleta con materiales de cadmio adicionado o mercurio (esto se especifica en cada pila).
- Punto Azul, donde se dejan medicamentos vencidos, envases vacíos, frascos de jarabes, entre otros.(Lea más sobre los 623 puntos de entrega en farmacias y supermercados).
-Cierra el Ciclo, o conocido con el nombre de “puntos amarillos”, un programa de recolección de envases de insecticidas de uso doméstico.
También hay otros puntos de entregas computadores www.ecopunto.com y de luminarias www.lumina.com.co
No se aprovechan los residuos
En nuestro país, según estadísticas de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), que anualmente recibe los reportes de los proyectos de posconsumo, en el periodo de 2012-2013, el reencauche de llantas fue la actividad de mayor aprovechamiento de este tipo de residuos con un 44 por ciento de participación en los procesos de manejo y disposición.
También se constató que el almacenamiento de bombillas fue la actividad más empleada para manipular estos objetos cuando ya no funcionan.
Sin embargo, a diferencia de países europeos, donde incluso estos objetos se utilizan para la industria, en nuestro país no se le saca beneficio económico a estos desechos, en tanto no se exportan ni hay procesos industriales donde se aprovechen.
Andrea López Arias, coordinadora del Grupo Sustancias Químicas, Residuos Peligrosos y U.T.O. del Ministerio, afirma que es preciso "impulsar a empresas que se dediquen al aprovechamiento, reciclaje o de reacondicionamiento de computadores y llantas, de tal manera que puedan usarse materiales obtenidos de los residuos en procesos productivos".
En total, en el último año se manipularon y procesaron alrededor de 46 millones de kilogramos en residuos posconsumo como bombillas, baterías, computadores y medicamentos vencidos.
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